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Lo único que distingue al diamante de laboratorio del diamante extraído es su origen.
Los diamantes AMA nacen de la evolución tecnológica que permite al hombre recrear en laboratorio las mismas condiciones presentes en la naturaleza que dan origen a la formación de un diamante natural. Sin el coste negativo para el medio ambiente y para el ser humano de la actividad minera.
Ni siquiera un gemólogo experto puede distinguir un diamante cultivado en laboratorio de uno extraído de la mina sin el uso de sofisticados instrumentos de análisis. Los diamantes creados en laboratorio son ideales para quienes buscan transparencia sobre el origen de la joya sin sacrificar la calidad. Representan la evolución de la industria y el futuro del mercado, combinando sostenibilidad y excelencia en cada piedra.
Los diamantes creados en laboratorio son físicamente y químicamente idénticos a los diamantes extraídos de las minas.
Comparten un proceso de crecimiento idéntico al de los diamantes naturales, formándose como átomos de carbono, que a alta temperatura y presión se enlazan para formar una estructura cristalina reticulada. Una vez formados, se cortan con las mismas hábiles manos que cortan los diamantes extraídos de las minas para garantizar su brillantez. Comparten colores y purezas iguales a los naturales y son certificados por los mismos organismos (IGI, GIA) que son algunos de los más acreditados a nivel mundial para la certificación del diamante. Dado que no tienen los costes humanos y ambientales asociados a los diamantes extraídos, los diamantes de laboratorio representan la mejor solución para quienes aprecian los diamantes.
Los diamantes creados en laboratorio se desarrollan gracias a dos sistemas diferentes: H.P.H.T y C.V.D.
H.P.H.T
H.P.H.T. (alta presión alta temperatura) porque reproduce las mismas condiciones de altas temperaturas y alta presión que existen dentro de la corteza terrestre y que dan origen a la cristalización del carbono para la formación del diamante bruto.
C.V.D.
CVD (Deposición Química de Vapor), utiliza cámaras al vacío para convertir los gases ricos en carbono en plasma. La cinética permite que los átomos de carbono dentro de la cámara se acumulen en capas sobre una semilla de diamante para que el diamante bruto crezca en volumen.
Oro reciclado
Nuestro oro tiene una historia que comienza con la recuperación de lingotes de oro 18K y una cadena de valor rastreable desde la fundición hasta el refinamiento. Proviene de fuentes responsables, sin impacto ambiental y libre de trabajo infantil, para permitir un lujo ético.
En el proceso de reciclaje, el oro se separa, se funde y se somete a un proceso de refinado químico para eliminar impurezas y obtener oro puro al 99,9%. Normalmente, la joyería clásica utiliza oro reciclado en un 50% aproximadamente, mientras que AMA utiliza el 100% de oro reciclado de 18 quilates. Según el Gold Standard Institute, ya hay más oro en circulación en la Tierra de lo que jamás podríamos extraer de las minas actuales o futuras (muchas de las cuales son ilegales). El reciclaje garantiza que el oro pueda reutilizarse continuamente sin degradarse, promoviendo una economía más circular y respetuosa con el medio ambiente.
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Lo único que distingue un diamante cultivado en laboratorio de un diamante extraído es su origen.